Que rústicos son los inventos del pasado cuando los miramos sin la perspectiva adecuada. Junto a algunos compañeros de periodismo digital estuvimos buscando información sobre un par de soportes en desuso del periodismo electrónico, que en realidad no son tan antiguos pero a nosotros nos sonaban prehistóricos.
El resultado de la pequeña investigación lo plasmamos en la wikipedia:
Ambos son ejemplos de un tipo de tecnología que estuvo vigente apenas durante un puñado de años hasta que tuvo que jubilarse con la aparición de la world wide web.
Como pasa siempre que aparece un juguete nuevo, muchos se apuran en asegurar que los juguetes viejos van a dejar de existir. Pero en realidad esto no suele ser así, la televisión no mató a la radio como alguno creyó en su momento que sucedería.
Muchas cosas van a cambiar y eso está bien. La tecnología evoluciona y la comunicación también lo hace, de la mano de ella precisamente. Esa imagen del film de Spielberg que parecía tan futurista la vamos a poder ver en persona. Gente viajando en el metro leyendo la prensa en un papel electrónico con noticias que se actualicen permanentemente gracias al wifi.
Las empresas periodísticas se transformarán para adaptarse al nuevo panorama pero el periodismo, o por lo menos su esencia, va a ser igual que hoy. Cada vecino podrá informar desde cualquier punto de la ciudad; cualquier ciudadano tendrá la posibilidad de transmitir un hecho del que sea testigo con fotos, vídeo, audio, texto o lo que quiera; los usuarios podrán enterarse de las novedades con sus dispositivos portátiles estén donde estén. Pero nada de esto cambia la esencia del periodismo, que no es otra cosa que contar al resto de las personas algo que ha sucedido o está sucediendo. Lo diferente serán las rutinas y los soportes.
La prensa tradicional dejará de existir así como la conocemos, pero de ninguna manera desaperecerá. Los medios encargados de difundir la actualidad van a ser, sin lugar a dudas, los digitales. Los periódicos de papel de toda la vida, sin embargo, van a seguir existiendo. Se adaptarán al nuevo entorno y encontrarán su espacio en el mercado. Yo creo que van a ser productos de calidad que reúnan en sus páginas reportajes, análisis y editoriales redactados por los periodistas mejor valorados del momento.
Al principio sólo los pijos y los frikis usarán el e-papel. Se subirán al metro orgullosos ostentando sus flamantes adquisiciones, algunos incluso leerán el periódico por primera vez en su vida con tal de exhibir triunfantes ante el resto de pasajeros la nueva tecnología. Éstos mirarán con escepticismo la novedad y alabarán las virtudes del papel de siempre. "Esto del e-papel es una pelotudez", dirán con cierta arrogancia, aunque sólo habrá que esperar un corto tiempo para verlos también a ellos rendidos ante el nuevo invento.
A mí me da un poco de tristeza que las cosas cambien tanto, pero me tranquiliza saber que el papel de siempre, como todos los juguetes viejos, no va a dejar de existir. Eso sí, en el futuro sólo lo vamos a usar para armar porros y limpiarnos el culo.
Como pasa con todas las cosas, Internet tiene un gran cantidad de aspectos positivos y también algunos negativos. O mejor dicho, Internet por sí misma no se puede valorar como "buena o mala" (si es que se puede hablar de algo en términos tan simples). Se trata de un medio de comunicación cuya actuación se puede considerar positiva o negativa en función de los usos que la gente le otorgue.
Por esto la red es, al mismo tiempo, una fuente de ayudas y de peligros. Como posts que alaban a Internet ya tengo muchos, me voy a centrar en los peligros, o mejor dicho en uno de ellos: las estafas.
Estafar es uno de los tantos usos que se le pueden dar a la red. Las condiciones de anonimato que ofrece Internet son aprovechadas por muchas personas para sacar tajada engañando a los mas débiles, crédulos o, sin eufemismos, a los mas pelotudos.
De todos modos tampoco está la cosa para ser excesivamente alarmistas. Estafadores existieron y van existir siempre, con o sin Internet. Ser cuidadosos y un poco desconfiados es necesario para evitar que cualquier listo de turno se quede con lo tuyo, tanto en el mundo virtual como en el real.
Lo que viene a mi continuación es sólamente la parte que me tocó a mi: el nacimiento de la red y las primeras comunidades virtuales. Pero antes les dejo este vídeo para que repasen en pocos minutos la historia de la red.
I. Los orígenes
El uso de Internet en cualquier hogar de familia se empezó a convertir en algo completamente normal en la segunda mitad de los 90s. Sin embargo, para hablar de los inicios de la red debemos remontarnos cuatro décadas en el tiempo.
En el marco de la guerra fría, en plena lucha por situarse como principal potencia mundial, nace ARPA (Advanced Research Project Agency) en EEUU con el objetivo de conseguir el liderazgo en la ciencia y la tecnología aplicada al campo militar. ARPA fue fundada por el ministerio de Defensa americano en 1958 como un intento por responder al lanzamiento del primer satélite artificial, por parte de la URSS: el Sputnik.
De esta organización que agrupaba militares y científicos va a surgir Arpanet. Se trata de una red de comunicación ideada para asegurar las transmisiones en el ejército tejiendo una telaraña de ordenadores (nodos) que mantendrían activa la comunicaciones entre todas las bases.
El primer nodo de la red se pone en marcha en 1969 en la UCLA y ese mismo año se logró emitir el primer mensaje host to host entre la propia UCLA y el SRI (Stanford Research Institute). Tres años después la red ya contaba con 37 ordenadores conectados.
De ahí en adelante la red evolucionó hacia tecnologías que hoy conocemos como el correo electrónico, el word wide web, los primeros navegadores comerciales, las descargas P2P, etc. Internet dejó de ser un área restringida a los campos académicos y militares de Estados Undos y se transformó en un espacio global de acceso libre que ofrece múltiples posibilidades a sus usuarios.
II. Las comunidades virtuales
Las comunidades virtuales constituyen uno de los fenómenos más significativos de la historia de internet. Se trata, por dar una breve definición, de sitios destinados al establecimiento de relaciones entre gente que se agrupa por temas o intereses comunes. Son simplemente lugares en los que la gente interactúa, pero no cara a cara, sino a través de un espacio virtual. Los motivos que llevan a los individuos a participar en una comunidad son de los más diversos, se puede tener fines sociales, de ocio, profesionales o también comerciales.
Hoy la web 2.0 está plagada de este tipo de redes de usuarios, y son las comunidades destinadas al ocio las más populares. Facebook, Flickr o Tuenti (sólo en España ésta última) son algunas de las más extendidas, sobre todo entre los usuarios jóvenes pero no exclusivamente entre ellos.
De todas formas la idea de comunidad está ligada a Internet desde sus propios orígenes. Desde mucho antes de la llegada de la web 2.0, incluso antes de la aparición del world wide web y la extensión de internet a los hogares (algo reciente en el tiempo, pero que ya nos parece la prehistoria). La idea de comunidad ha estado presente en la historia de Internet desde que los científicos la usaron como medio para compartir datos, cooperar en sus investigaciones e intercambiar mensajes.
Antecedentes de las comunidades actuales podemos encontrar desde finales de la década del 70, cuando se popularizó el uso del BBS (Sistema de Tablón de Anuncios). Los usuarios, sin Internet, implementaron este sistema que funcionaba mediante acceso por módem a una central y que permitía establecer conversaciones e intercambiar archivos entre usuarios.
Una de las comunidades virtuales más antiguas y conocidas es Well. Fue creada en 1985 por un grupo de ecologistas vinculados a empresas tecnológicas y todavía hoy sigue reuniendo a miles de miembros que se conectan para participar en conferencias de temas tan amplios como arte, negocios o tecnología.