Estoy indignado con esta novedad del canon. Me parece una medida absurda ya que no es útil para conseguir lo que se busca, a la vez que es molesta porque al final perjudica a los consumidores sin importar el uso que dé cada individuo a los distintos soportes y dispositivos tecnológicos.
Por si hay algún despistado que no se haya enterado, el canon es un impuesto que deben pagar los consumidores al adquirir productos como una impresora, una memoria USB o teléfonos móviles. Supuestamente todo esto es para proteger a la sociedad de autores. Entonces desde ahora se presupone que todo individuo que compre una impresora o un móvil va a piratear tarde o temprano y se le cobra el mencionado impuesto por las dudas.
Lo peor de todo es que ni siquiera se puede decir que esto beneficie a los autores, ya que hay muchos que utilizan las nuevas tecnologías para darse a conocer, para difundir lo que hacen de forma gratuita utilizando licencias de copyleft. Todos estos resultan perjudicados por este canon pelotudo.
Si quieren combatir la piratería estaría bueno que empezaran poniendo en marcha una idea coherente y efectiva. Independientemente de lo que piense cada uno sobre si descargar música, fotocopiar libros y cosas similares está bien o mal. El tema es complejo y todas las opiniones son respetables, lo que no podemos admitir es que en nombre de la lucha antipiratería se hagan idioteces como esta. Pero lamentablemente el Parlamento no está de acuerdo conmigo.
Lo único que me alegro un poco fue comprobar que no soy el único que piensa que todo esto es una vergüenza. Compañeros como Alberto, Amelia y Helena también mostraron abiertamente su rechazo a la propuesta del canon, Antonio Delgado se manifestó en esta misma línea en su blog y además encontré esta página a la que desde ya me adhiero.
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